"Por pura casualidad, Carlinhos Lyra no encontró a Vinicius [de Moraes] en la bañera, cuando fue a su apartamento en Parque Guinle, en 1961. Allí pasaba Vinicius la mayor parte del tiempo, sometiéndose a un elaborado ritual. El agua tenía que estar ardiendo cuando él entraba. A su alrededor, en bancos, barquitos y taburetes, se repartía lo que entonces se conocía aún como "parafernalia": café, whisky, hielo, tabaco, bocadillos, libros, periódicos, revistas, bloc, lápiz y teléfono. A nadie le sorprendería ver por allí un patito de goma. Si llegaba alguien -una visita o incluso periodistas o fotógrafos-, Vinicius les invitaba a quitarse la ropa y meterse en la bañera, que era donde él recibía, y no por lascivia... Sino para demostrarles los efectos reconstituyentes del baño.
Y Vinicius necesitaba reconstituirse cada día. Su frase de que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el whisky, no era una broma. "El whisky es el perro embotellado."
Ruy Castro, Bossa Nova. La historia y las historias.
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