dissabte, 28 de març del 2009

Por fin, Baozi

"Reconozco que tengo una obsesión por los baozi, unos bollos blancos y esponjosos con rellenos diferentes: de carne, pescado, verduras, etc. En cada región de China los cocinan de manera diferente y se suelen comer para desayunar. No hay que confundirlos con los shuijiao, o jiaozi, los populares raviolis chinos que venden congelados en cualquier supermercado. Sólo hay que hervirlos durante cinco minutos y listo. Los baozi también se venden congelados y normalmente son los que sirven en los restaurantes. Siempre son mejor los caseros: la masa no tiene esa textura achicletada y la albóndiga es más sabrosa.
Desde que el buen tiempo llegó a Pekín y los restaurantes sacan las mesas a la calle para cenar al aire libre, la ciudad entera huele al vapor de las bandejas de baozi.
[...]

Los dueños de los restaurantes aprovechan cualquier rincón de la acera para colocar sus mesas. En los barrios humildes, una tabla de madera colocada sobre un bidón vacío sirve como mesa para cuatro. Los vecinos se traen sillas de casa e improvisan taburetes con pilas de cartón o cajas de cartón que todavía huelen a la fruta que transportaban: mangos, lichis y sanías son las más abundantes en primavera. En otoño, son los dátiles chinos. En verano, el melón. En Pekín, los carritos de fruta ambulante marcan el calendario de las estaciones. La gente mayor suele salir a cenar baozi o un bol de tallarines -algunos locales sólo ofrecen estos dos platos- y quedarse allí sentadoa hasta que cae la noche, comiendo pipas y cacahuetes y jugando a las cartas."