"Ya he citado, creo, al Prof. D. Francisco Arasa en estas memorias, pues él me publicó en su revista Folia Clínica Internacional uno de mis primeros trabajos. El era internista de gran prestigio en Barcelona. Arropado por el Colegio de Médicos y su presidente, en aquellos años su amigo el Prof. de cirugía M. Broggi, se le llamó siempre profesor aunque propiamente no lo era. Sacrificó medios y dineros para promover aquella revista y posteriormente la más importante de Folia Humanística que me publicó tantos de mis trabajos de tipo poético, literario o científico-humanístico. Desde años muy temprano, en su vida, (años 50) organizó en su propia casa de vacaciones que denominó “Bon Repos” ( Lérida) unas reuniones de alto nivel científico en las que reunía tanto filósofos, físicos, fisiólogos y médicos bajo el denominador común del humanismo y la meta solapada del encuentro del Hombre y la Ciencia con Dios. La mejor forma de entender su personalidad es la lectura, quizás, de mi ultimo articulo necrológico que leí en la ultima reunión póstuma en Barcelona (y publicado en el Tomo XXXIV nr. 354 de la revista de Noviembre- Diciembre de 1999) y que figurará como apéndice numero 6 de este capitulo.
La verdad es que podría además añadir muchos comentarios sobre la personalidad y virtudes y defectos del Prof. Arasa. Fue propuesto una vez para el premio Nóbel de la Paz y por estos motivos apareció bastante un año que no recuerdo, en la Televisión y Periódicos. Tenia una cierta valoración daliniana de su valor y dignidad y así en los últimos años, en los que seguramente ya no hacia caso, o menos caso, a los consejos de su atormentada familia, se hizo imprimir unas tarjetas en las que figuraba “ consejero de jefes de estado y de papas” pues efectivamente había participado, parece, en unas reuniones en el Vaticano. Simultáneamente creo que no se dio cuenta suficientemente del intrínseco y enorme valor de aquel tipo de reuniones de altísimo nivel y multidisciplinarias centradas en la búsqueda del consenso, de la integración y sobre todo de la mutua compresión, como escribía yo en aquella semblanza, entre la Fe y la Ciencia; este era el problema que le atormentaba. Así se denomino el ultimo Simposium, el numero XVI: Sencillamente: Religión y Ciencia, Mas esta cierta rigidez, que atisbará el lector, sobre todo si conoce la psiquiatría, le mantuvo aferrado a algunas creencias seudocientificas, sobre las que nunca se pudo discutir con él. Por ejemplo que el principio de Indeterminación de Heisenberg era el fundamento de la libertad humana, o que afirmara vehementemente (como D. Pedro) la veracidad de el principio antrópico fuerte.[3] (No puedo entrar aquí con más detalle para quien no los conozca, en los contenidos de estos conceptos)
En las primeras reuniones, a las que yo todavía no asistí, participaron personas como Pascual Jordan ( astrofísico); Laborit, (fisiofarmacóloco francés ) Como consejeros de su revista, en un gesto, todo hay que decirlo un tanto grandielocuente – incluía a Jaspers, Heisenberg, L. Pauling, Universidad. de Stanford y uno de los creadores de la biología inmunológica y molecular a J. Roche ( París ) o Wiesser ( Profesor de Filosofía de Mainz), Scciaca, ( conocidísimo teólogo italiano entonces de moda ) y B. Kanitscheider ( profesor de Filosofía de la Ciencia en Giessen y en cuyo departamento tuve la fortuna de asistir y trabajar en una estancia en 1996) Entre los más asiduos y consejeros, como así figuraban de la revista, figuraban también : Llavero, Paessa, Arcidiacono, Lubban Pozza , Stahelin, R. Alvarado, Garcia Valdecasas y P. Gomez Bosque y yo mismo.
La asistencia era sufragada totalmente por la Fundación. Asistentes solo los invitados por la misma; es decir se celebraban a puerta cerrada. ( Lo que redundaba en su calidad) Las reuniones se celebraron en los lugares más lujosos como paradores y hoteles de primera categoría. En los últimos años en el Hotel “Aigua Blava” de Bagur en la Costa Brava. Un hotel de arquitectura y geometría complicada, pero de exquisito trato y gastronomía. Efectivamente por un golpe de la suerte, aunque no conozco los entresijos, Arasa tuvo acceso a la fortuna y Fundación que legó un lejano pariente: El Dr. Letamendi, famosísimo y discutido internista madrileño de finales del XIX ( es preciso leer a Baroja para entenderlo parcialmente) Con ello y sus indiscutibles y fieles amigos y colaboradores, como el citado Broggi, Valderas, ( director de Investigación y Ciencia) Asensi ( Pediatra de Valencia) y el afectuoso y socarrón Bosch, o el educadísimo y admirador fotográfico de las damas asistentes, el Sr. Rodon, asistido siempre del fidelísimo secretario Sr. Peralta llevó adelante los generosísimos simposia y los concursos y premios que también distribuía.
El primer Simposium al que asistimos se celebró en el magnífico Parador de Sigüenza en 1982. Entre otros temas el problema de los ritmos biológicos y su universal presencia en los seres vivos. Entonces ocurrió la anécdota que tantas veces citamos y de la que fue protagonista el Prof. Briand presidente de la Sociedad de Antropología Italiana y que era tan pesimista, que según Bosch, llevaba a la vez cinturón y tirantes y que no se había casado por no ser capaz de decidirse. En el autobús donde viajábamos en visita arqueológico turística penetró una avispa que picó a una de las damas acompañantes. El Prof. Briand alto, de sienes plateadas y elegantísimo, sacó de su bolsillo un enorme, impecable y perfumado pañuelo de seda blanco con el que limpió y alivió la picadura. Todas las damas asistentes quedaron fascinadas. Por contra el Prof. Arcidiacono acompañado de su más bien zafia esposa, en otra reunión, fue abandonado solo en su habitación al sentirse indispuesto. Una indisposición cardiaca que lo llevó a la tumba unos meses después.
A otro Simposium en el Parador Nacional de Toledo asistió Rodríguez Delgado con quien pude hablar directamente recordando en estos casos aquellas inolvidables tertulias en el Colegio Mayor de Santa Cruz donde residí durante mis estudios de medicina en Valladolid y en los que conversábamos con el Prof. Velayos ( una personalidad en el estudio del magnetismo físico en España y cuyo nombre lleva el correspondiente Instituto de Madrid) o Senent, fallecido en los días que escribo estas líneas ( Diciembre de 2006) o Martinez Salas o E. Alarcos, o a. Quiñones, o Arias Bonet.
A los últimos Simposia en Aigua Blava y Barcelona asistió, ya como miembro del grupo, Bosque a quien yo facilité su participación y entrada en el mismo.
Mi agradecimiento al Dr. Arasa y a su revista es infinito pues durante aquellos años publicó todos los artículos que envié con títulos, que cito a modo de ejemplo como: El Valor Social de la Cultura; Racionalismo estético y Orden Social en la Cultura Alemana”; “Razón y Sentimiento ( Un intento de Análisis Psicopatológico y Síntesis Antropológica )” “Origen y Función de la Mente” o “Lou Andreas Salomé”. O “Conocimiento, Sabiduría y Fe. Consideraciones antropológicas sobre la Religión desde la Psicología y la Psiquiatría” o” Hacia un Humanismo según la Naturaleza”.
Como su obra era estrictamente individual a su fallecimiento y a pesar de algún bienintencionado intento, todo se desmoronó y acabó. Ya no hubo más ni reuniones ni revistas. Creo que la Fundación fue acaparada ávidamente por la Generalitat que cambiaria totalmente su estilo y fondo. Aquellas personas eran catalanas y catalanistas y entre ellos hablaban catalán, pero desde su Cataluña promovían el contacto e integración inteligente con el resto de España primero y de Europa después. Vivían aun en el espíritu de la Vieja Europa que con tristeza mía me parece que fenece (o soy, yo, claro, quien fenece) pero en todo caso nunca se preocuparon por Estados Unidos. Nunca conocí personas más cultas, educadas y encantadoras; esa educación señorial catalana que aún seguimos admirando en Castilla cuando la encontramos."
Agustín Jimeno Valdés, La psiquiatría que yo he vivido.
1 comentari:
abuelos así imponen un tamaño y altura de horizontes. no muy distinto de heredar una finca, un don o un apellido ;)
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