Cuando entró a la casa lo tiré al suelo violéntamente y le dije que me diera la cocaína o que me diera el dinero. Pero noté que sus ojos estaban hinchados y empezaron a rodarle lágrimas por la cara. Yo no entendí lo que estaba sucediendo, desenfundé, le coloqué la pistola literalmente en la boca, el revólver en la boca, y le dije, 'dame el dinero, dame la cocaína'. Y lo que dijo él, con lágrimas corriendo por la cara, fue que él me amaba.
Sonido Changorama, Soles nacientes o él me mintió.
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