El teólogo Guardini había expresado la sensación panteísta que acoge a un caminante cuando se pierde en un bosque. Durante la primera parte del trayecto reconoce cada encrucijada del sendero, el nombre de cada árbol, percibe el rumor de la brisa y el canto de los pájaros. El sol dibuja trazos de luz sobre el humus donde se proyecta la sombra familiar de su cuerpo y el caminante se reconoce todavía en sus pensamientos, en sus deseos, en sus recuerdos, pero a medida que se adentra más en la espesura va perdiendo el sentido del camino que ha dejado atrás y de pronto siente un escalofrío, a continuación es asumido por una turbación, a la que sigue un golpe de angustia al comprobar que en ese momento su personalidad comienza a diluirse y el caminante extraviado se convierte en parte de la naturaleza. Dios es esa naturaleza que te posee, de ahí debe partir la teología, según la tesis de Guardini.
Manuel Vicent, Aguirre, el Magnífico.
Manuel Vicent, Aguirre, el Magnífico.
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